Una parte norte de la ciudad se clasifica como un parque natural y es un conjunto más grande con el área que comprende el valle de Güímar y los dos lados de la cordillera dorsal.
La Caldera de Pedro Gil con el volcán Las Arenas o Arafo es un buen ejemplo de la caldera de la erosión, en cuyo interior hay un edificio volcánico histórica (1705), que, además de su interés natural, aporta un gran valor al paisaje.
Barrancos que descienden de la cordillera dorsal contienen valiosos sitios naturales, como Añavingo donde hay numerosas especies endémicas botánicos.