El monte Atavyros (Αττάβυρος), o Ataviros, es un macizo montañoso desnudado que culmina a 1215 metros.
La montaña diferentemente muy árida se cubre en la primavera de una alfombra de flores compuesta de salvia blanca y azul, de anémonas azul clara y de cistes rosados, un espectáculo que recompensa esfuerzos de la ascensión.
La cumbre es de una aridez que deslumbra que contrasta mucho con las vertientes fértiles y los frescos verdores de los pinares.
La cumbre ofrece un panorama que deslumbra sobre la isla y el mar.
Se pueden ver en la cumbre del monte Atavyros algunos raros vestigios de un santuario dedicado a Zeus que data del tiempo mycénienne. Una leyenda horrible lo rodea: el altar se habría asemejado a un toro de bronce donde se encerraba gente. A continuación, se ponía el fuego y los presos se mueren de una muerte atroz. Los sacerdotes del santuario interpretaban los gritos y las llamadas de las víctimas como de los oráculos. Es al menos lo que dicen aún los habitantes de los pueblos situadas al pie de esta montaña.
La ascensión del monte Atavyros es bastante dolorosa: es necesario contar con alrededor que se equipen de 7 horas para hacer la ida y vuelta y de buenos zapatos de excursión. El mejor inicio para la excursión es el pueblo de Émbonas.