Montañosa, enselvada, fértil, regada de fuentes y río, la Rodas dispone de una flora excepcionalmente variada, lo que hace de ella una isla muy coloreada.
Se cultiva al tercio del suelo, otro tercero enselvado (pinos piñoneros, cipreses, encinas, madroños, lentiscos, mirtos).
Numerosos barrancos descienden mesetas, confinadas de adelfas, agnus-castus y mirtos.
Los árboles frutales abundan: olivares, higueras, granaderos, naranjos, limoneros, vides. Se recogen un poco de trigo y cebada.